Nunca he pretendido ser políticamente incorrecto, y mucho menos, socialmente admirado, solo pretendo ser un Fischko relajado, viviendo en una playa hawaiana rodeado de pingüinos y mujeres. Mis deseos son pocos, humildes y sencillos, pero me estoy enfrentando a una realidad que pocas veces a podido con mi fuerza de voluntad.
He llegado al punto de no entender nada, sentirme como un extraño que ve una película independiente, de esas locas que no tienen sentido mas que para su propio creador, un cineasta con problemas psicológicos sentado en una laptop tratando de inspirarse, mientras en la otra esquina de la calle hay un pobre muchacho con ideas millonarias y un libreto mejor que el que el director a creado en semanas, pero se tiene que renegar a vivir en la calle. Es loco, llegar a un punto que no se si llamar "Madurez" o simplemente "Aburrimiento", de ver esa película una y otra vez, donde nada tiene sentido y quedarme perplejo de lo mucho que no entiendo, de lo mucho que ha cambiado.
Es ahi cuando me siento con un cigarro, y una botella de licor barato, vestido de flus harto de la fiesta en la que andaba, harto de los dramas, de las pretendientes, desde que he perdido mi cabeza, he visto relaciones extrañas, una casa que parece un circo patético, unos profesores adictos a tu fracaso, el vacío del puto papa que nunca tuve, la sonrisa de la gente que me apoya, las semanas de trabajo para ayudar al único estandarte en mi vida, mi renuente sueño de ser telecomunicador, las ansias de una fecha especifica, las pocas ganas de celebrar un cumpleaños, el cariño de los compañeros, el odio de los mismos, el frío de un futuro incierto, a lo cual, solo puedo levantar la mano, sonreír, y decirme en voz baja, Arrimpinpinpin!
Todo puede ser mejor...
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